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Desde el río Napo. Macondo

Desde el río Napo. Macondo


Fueron 20 días de "inmersión lingüística" en Kichwa. Allá se habla más que en Ecuador. La mayoría de los niños y jóvenes se comunican fluidamente en esta lengua precolombina. Experimenté el milagro de entendernos. Y me sentí valorado. Acogido. 

"Hace 4 años que vino el último padrecito" - comentaban al verme. Así se explica que en 20 días bauticé a 306 niños. El 30 de julio llegamos a S. CARLOS. ¡Un pedacito del Paraíso!
A orillas del verdoso riachuelo TARAPOTO. Asentado en una suave colina. Repleto de casas construidas con materiales de la selva.

En este pequeño MACONDO PERUANO viven 478 habitantes. Tienen un colegio de educación inicial-primaria y secundaria. Fue fundado hace 68 años. Y allí abunda la pesca. El maná fluvial. 

Sobre el Covid-19 decían: "Llegó acá sí. Y con remedios de la selva nos curamos. La pócima mágica" se elaboraba con jenjibre-ajo-yerbaluisa-chuchuguazo-paushi kaspi-sikta. Nadie murió en San Carlos.

En voz baja escuché que no lejos de aquí se elabora y distribuye la cocaína. Existe mucho miedo para denunciar el entramado del narcotráfico.

El catequista de San Carlos (aquí le llaman KUILLUR) JULIO SIKIWA DAWA es oro molido. Un auténtico "viri probati" formado en el CEFIR (Centro de formación para los servidores kichwas de 4 Vicariatos del Oriente ecuatoriano). La evangelización de esta zona pasa por el buen ejemplo y tino pastoral de Julio ante la ausencia prolongada del sacerdote peruano.

Al caer la tarde me bañé con fruición en las aguas limpias de color verde esmeralda del TARAPOTO. El cuerpo recalentado al sumergirse en ese río silencioso recibía un masaje sedante. El agua te abraza calmando el impacto ocasionado en las horas de fuego tropical. ¡Bendita hermana agua!. Sin ti no podemos vivir. Es nuestro sacramento cotidiano. Y hemos de cuidarla. El Papa Francisco apuntaba en Querida Amazonía número 43: "En la Amazonía el agua es la reina, los ríos y arroyos son como venas y toda forma de vida está determinada por ella".

Un periodista escribió que "CIEN AÑOS DE SOLEDAD" explica quiénes somos y de dónde venimos. José Arcadio Buendía "soñó esa noche que en aquel lugar se levanta una ciudad ruidosa con paredes de espejo. Pregunté qué ciudad era aquella y le contestaron con un nombre: MACONDO." Así señaló en este clásico de la literatura latinoamericana Gabriel García Márquez.

Estos años de aventura misionera surcando el Napo ecuatoriano y peruano he observado con fascinación que Macondo existe. Por acá todo es posible."Realidad" y "ficción" soldadas en aleación perpetua. 

Cuando contemplo en las sencillas tiendas y viviendas a orillas del Napo el cartel que dice: "Se vende HIELO" me digo por dentro: Estoy en Macondo. Allí se valora al hielo como el más preciado tesoro selvático. Samashun. 

Jesús Eugenio Jáuregui Arbizu. 
Misionero Capuchino