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Navidad

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Cuando llega la época de la Navidad los días son muy diferentes en el Centro Social San Antonio. Estas fechas están profundamente marcadas en la sociedad que se vuelca especialmente con las personas más necesitadas y desfavorecidas.

En nuestro centro se respira un ambiente navideño, que se acentúa por las diferentes personas que se acercan hasta aquí para informarse de las labores que realizamos y cuál es la forma en la que se puede ayudar, ya sea a través del voluntariado o a través de las donaciones. De repente, ese letargo de individualismo, despierta para dar paso a una sacudida de conciencias y comenzamos a darnos cuenta de que muy cerca de nosotros existen personas que atraviesan situaciones más complicadas que las propias.

Estos días son difíciles, muy duros para las personas en exclusión social, personas sin hogar, familias sin recursos…
Es en estas semanas de luces, cantos, sonrisas, prisas, reuniones familiares y de amigos, fiestas, banquetes, regalos, etc., cuando estas personas sienten que sus problemáticas se engrandecen y pueden llegar a sentirse fuera de la sociedad. Y es que en estas fechas nos bombardean continuamente en todos los medios que para celebrar la Navidad hay que consumir y malgastar continuamente, sin límites. Y acabamos dentro de un bucle en el que estamos convencidos de que la Navidad solo es eso, malgastar y consumir sin freno, dejando en segundo lugar lo que verdaderamente importa.

Esta situación es común para personas a las que estos días les caen como losas y son largos como murallas invencibles por no poder asumir tantas “obligaciones navideñas”. Por eso valoramos y agradecemos enormemente la sensibilización de las personas que ofrecen donaciones (económicas, ropa, alimentos, medicinas, etc.) o se acercan para colaborar en el voluntariado. Porque no debe de ser nada fácil asimilar que no tienes mesa ni mantel para celebrar, o explicarle a tus hijos que este año los Reyes Magos pasarán de largo y no dejarán regalos, o que pasarás la noche sólo porque hace tiempo que perdiste a tu familia… Todo esto es muy duro y en ocasiones nos parece lejano, pero es real y puede ser la situación de nuestro vecino e incluso puede ser la nuestra en un futuro.

En ocasiones, los culpables de que haya personas que llegan a sentirse fuera de la sociedad por vivir estas situaciones somos nosotros mismos, porque se nos olvida el verdadero sentido de la NAVIDAD. La Navidad es mucho más que un tiempo determinado, es mucho más que una fecha, una reunión familiar, un banquete o regalos. La Navidad es la oportunidad que se nos ofrece cada año para volver a sentir que dios se hizo “pequeño” entre nosotros y es lo “pequeño” lo que hay que celebrar. Porque esto no consiste en gastar sin freno y consumir. Consiste en ofrecerse a los demás con la inocencia y esperanza con la que se nos presenta un niño. Es celebrar un estilo de vida, creer en las pequeñas cosas, ofrecer pequeños detalles, y creer de verdad que todos podemos hacer cosas grandes con gestos pequeños.

Ofrezcamos felicitaciones sinceras, miradas cómplices, regalemos tiempo, risas, sinceridad, silencio…
Compartamos con el corazón ofreciendo aquello que más valor tiene y que no puede comprarse con dinero.
Con el tiempo he aprendido que la Navidad es pensar de Verde, es sentir que Él vino para todos, que Dios te busca para conectarse a tu vida. Y que la mejor Navidad es Navidarse a los demás
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¡Feliz Navidad!