Los beneficiarios podrán desempeñar actividades agrícolas con el fin de proveerse de alimentos y mejorar su educación ambiental fomentando cultivos sostenibles y la siembra de árboles de especies forestales y frutales.
Guatemala es un país rico en recursos a la par que muy vulnerable a catástrofes ambientales que habitualmente asolan la región centro-americana.
Los huracanes y terremotos que sufre el país, casi estacionalmente, hacen todavía más complicado el desarrollo de una región que de por sí muestra ya cifras alarmantes en cuanto a falta recursos económicos, pobreza y seguridad.
Según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- Guatemala ocupa el puesto 133 en materia de desarrollo humano, solamente por encima de Haiti en cuanto a América se refiere.
A pesar de que la situación de la mayor parte de los países de Centroamérica es semejante, Guatemala muestra una de las tasas de violencia social más altas del mundo e índices de escolaridad muy bajos.
A pesar de que a nivel económico muestra cierta mejoría los indicadores sociales hablan de un severo estancamiento.
Atendiendo a los Objetivos de Desarrolo del Milenio, el primero y más importante de todos es lograr reducir la hambruna en el mundo y es que con la tasa de malnutrición más alta del continente, el desarrollo de su sistema agrario es esencial.
La agricultura y con ello, la búsqueda de alimentación para los más necesitados no debe estar reñida con un buen manejo de los recursos.
Así debemos pensar en proyectos que ayuden al país y a su población en ambos sentidos: mejorando el acceso y la calidad de la alimentación y proporcionando herramientas para un uso sostenible de los recursos que repercuta en beneficios para generaciones futuras.
Ese doble objetivo se deja ver en este proyecto.
Además se propone un sistema de formación, preparación y cultivo para familias guatemaltecas del departamento de Santa Rosa.
Se propone la siembra de árboles frutales que, a pesar de que los frutos se verán a largo plazo, favorecerán la mejora de la alimentación así como la reforestación de amplias zonas inundables o que han vivido las consecuencias de inclemencias naturales con el fin de mejorar su uso y beneficiar también a futuras generaciones.
El compromiso de SERCADE con Gutemala se basa en la apuesta central y contundente de la Diócesis de Santa Rosa de Lima por proponer acciones pastorales pero también sociales que mejoren la calidad de vida de la población, especialmente de los más necesitados.
Presupuesto del proyecto:
Agricultura: 31.649,28 €
Reforestación: 1.357,14 €
Formación: 2.154,15 €
Administración: 15.323,38 €
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