Las personas sin hogar no solo carecen de un techo; también enfrentan la invisibilidad, el abandono y la ruptura con derechos fundamentales.
En SERCADE les ofrecemos algo más que cobijo: un acompañamiento digno, humano y continuo para reconstruir sus vidas.
A través de programas de atención social, recursos de emergencia, centros de día y proyectos de vivienda con apoyos, proporcionamos espacios de acogida que buscan restituir vínculos, recuperar autonomía y favorecer la inclusión real.
Trabajamos con un enfoque centrado en la persona, escuchando su historia y diseñando con ella un itinerario que permita salir del sinhogarismo. La intervención incluye apoyo social, orientación jurídica, atención psicológica, acceso a formación y empleo, cobertura de necesidades básicas y un trabajo constante por mejorar su salud física y emocional.
Además, impulsamos el trabajo en red con otras entidades y administraciones para garantizar un acompañamiento estable y coordinado.
Porque tener un hogar no es un privilegio: es un derecho. Y en SERCADE luchamos cada día para que nadie duerma en la calle por falta de alternativas.