Le llaman Nina. Pero su verdadero nombre es Yanina. Es la hija de Carlos y Grety. Tiene a penas 12 años. Un poco " irki" (delgada). Está viviendo ese momento delicado de la adolescencia :de niña a mujer.
En nuestra gira de Navidad por las comunas a orillas del río Napo ella nos recibió en su casa familiar de la comuna San Vicente. Como el río estaba muy bajo se hizo una gran playa y la soga de nuestro deslizador se quedó corta y ella nos prestó otra para que unida a la nuestra pudiéramos atarla a un árbol de la orilla. Esa noche nos brindó "yawati" (tortuga de tierra); una carne rica en colágeno. Al desayunar nos presentó plátano maduro asado con lentejas y arroz y la taza de wayusa (té selvático). Cuando celebramos el día 23 de diciembre del año pasado la Navidad, Nina leyó pausadamente el relato de Sumak Kimba y recogió la colecta con la que compró un mantel para el altar.
Nina es la arqueóloga más joven del río Napo. Ella encontró la última pieza que se expone en el MACCO ( Museo Arqueológico Cultural de Orellana en Coca).
El alma mater de este museo es nuestro querido compañero Miguel Angel Cabodevilla. Gracias a él y a los misioneros que crearon CICAME, el MACCO es un instrumento para difundir las culturas indígenas que nos precedieron.
Nina aprendió de su madre Grety. Ella fue una líder dentro de su comunidad. Catequista y trabajadora incansable. Su palabra era muy respetada y valorada. Cuando ella hablaba todos los hombres callaban: sus palabras eran un susurro divino. Sonaban auténticas.
Su marido Carlos me comentaba en Kichwa acelerado hace un mes lo siguiente: "el próximo febrero hará 2 años que murió mi esposa Grety. Aquel día quiso ir a limpiar la yerba que estaba detrás de la casa. No llevaba botas de caucho y una shishi (culebra pequeña con un potente veneno) le picó 2 veces. Le llevamos al curandero y luego al centro de salud de Tiputini... ". Carlos se emocionó varias veces al relatar el proceso de la muerte de su querida esposa Grety.
Nina necesita el apoyo de una mujer.
Ahora siente más la ausencia de su madre.
A ella le gustan las matemáticas.
"Iré al colegio que señale mi padre" -nos dice.
Nina. Una perla de gran valor. Frágil y fuerte a la vez. Un diamante en bruto. Destila una belleza irresistible. Madurando con los golpes de la vida.
De niña a mujer. Sencillamente Nina.
Llakishkawan.
Jesús Eugenio Jáuregui Arbizu.
Misionero Capuc